Algo más de Michel Chion a propósito de nuestras sinopsis, ideas y argumentos a desarrollar:
"Una distinción fundamental que hay que hacer es la distinción entre la historia propiamente dicha (es decir, sencillamente lo que pasa cuando se dispone el guión en orden cronológico) y otro nivel que podemos llamar narración, pero que otras personas llaman relato, discurso, construcción dramática, etc., y que se refiere la manera en que se cuenta esta historia. Entre otras cosas, la manera en que los acontecimientos y los datos de la historia se ponen en conocimiento del público (modalidades del relato, informaciones que se ocultan y luego se revelan, utilización de los tiempos, de las elipsis, de las insistencias, etc.) Este arte de la narración puede, en sí mismo, conferir interés a una historia sin sorpresas. Inversamente, una mala narración puede echar a perder el interés de una buena historia, cosa que experimenta cualquiera cuando se esfuerza por conseguir una historia divertida.
Los formalistas rusos ( Chklovski, Tomachevski, Propp, Eikhenbaum) ya habíanaislado, en su estudio sobre los cuentos y relatos populares, los dos conceptos de fábula ("lo que efectivamente ha sucedido") y tema ("la manera en que el lector se ha enterado"). En Émile Benveniste ésta distinción se expresa en términos de historia por un lado (argumento, lógica de las acciones, lo que hoy se llama "diégesis"), y discurso por otro (tiempos, aspectos, modos de relato). Una misma historia se cuenta a través de diferentes medios (novela, radio, película, obra de teatro, tebeo, incluso mimo), mientras que el discurso es específico de cada uno de dichos medios: "A este nivel, lo importante no son los acontecimientos referidos sino la forma en que el narrador nos los da a conocer". Es lo que hace que una película pueda realizarse a partir de una leyenda, de una ópera, de un hecho cualquiera, etc., cuya historia se retoma, a menudo simplificada (adaptación de novelas), pero a veces también adornada y desarrollada (leyendas, relatos bíblicos), al tiempo que se le aplica su modo de narración propio".
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viernes, 7 de diciembre de 2012
Escribiendo un guión... (III)
Palabras de Michel Chion (pensando en Gonzalo y su tema del Doble...):
"Para el guionista, la cuestión, radica, pues, en determinar lo que considera esencial para no distraerse con preocupaciones vagas y secundarias, y saber en caso necesario aquello que deberá arriesgarse a pasar por alto (la fineza del análisis psicológico, la verosimilitud, la veracidad histórica, la intensidad dramática, etc.), y ello con el fin de realizar mejor su idea. Y también corriendo siempre el riesgo de obtener un guión por el contrario demasiado centrado, demasiado lineal, demasiado enfocado a una sola idea.
Tener en cuenta de manera constante la idea principal puede permitir hacer frente a los riesgos y a las dificultades que genera la relación de un guión, clasificándolos, jerarquizándolos. Muchas veces, por no saber separar lo importante de lo no importante, y a falta de soltura en el manejo de las reglas, los procedimientos y los trucos dramáticos, obtenemos un guión denso y consistente pero sin líneas de fuerza. Tener siempre en mente la idea inicial obliga a referir a ella sistemáticamente todos los datos con los que se enriquece la historia (detalles psicológicos, peripecias, ambiente de los lugares, tonalidad dramática de las escenas, etc.) para ver si refuerzan o por el contrario desdibujan la idea.
Así por ejemplo, cuando se pretende escribir un guión sobre el doble, no sólo es preciso que la idea del doble se postule en la intención del guionista y se afirme al inicio del guión, así como en las grandes líneas de la historia, sino también que esté presente en todos los detalles, en todas las peripecias. Nos damos cuenta de que hay mil ocasiones, en la invención de las acciones y de los caracteres, para olvidar, para obviar esa idea de partida; e inversamente, hay mil maneras de hacer que los detalles de cada escena, de cada peripecia, de cada personaje, sean útiles para ilustrar la presencia de ese tema, bien por refuerzo, bien por contraste.
Para otras películas, en las que cuenta el tono y no el tema, como suele ocurrir a menudo en las películas cómicas, hay que preocuparse del tono, del ritmo que hay que mantener, y es a éstos a los que habrá que referir las invenciones del detalle, la organización de las peripecias y la definición de los personajes. "
"Para el guionista, la cuestión, radica, pues, en determinar lo que considera esencial para no distraerse con preocupaciones vagas y secundarias, y saber en caso necesario aquello que deberá arriesgarse a pasar por alto (la fineza del análisis psicológico, la verosimilitud, la veracidad histórica, la intensidad dramática, etc.), y ello con el fin de realizar mejor su idea. Y también corriendo siempre el riesgo de obtener un guión por el contrario demasiado centrado, demasiado lineal, demasiado enfocado a una sola idea.
Tener en cuenta de manera constante la idea principal puede permitir hacer frente a los riesgos y a las dificultades que genera la relación de un guión, clasificándolos, jerarquizándolos. Muchas veces, por no saber separar lo importante de lo no importante, y a falta de soltura en el manejo de las reglas, los procedimientos y los trucos dramáticos, obtenemos un guión denso y consistente pero sin líneas de fuerza. Tener siempre en mente la idea inicial obliga a referir a ella sistemáticamente todos los datos con los que se enriquece la historia (detalles psicológicos, peripecias, ambiente de los lugares, tonalidad dramática de las escenas, etc.) para ver si refuerzan o por el contrario desdibujan la idea.
Así por ejemplo, cuando se pretende escribir un guión sobre el doble, no sólo es preciso que la idea del doble se postule en la intención del guionista y se afirme al inicio del guión, así como en las grandes líneas de la historia, sino también que esté presente en todos los detalles, en todas las peripecias. Nos damos cuenta de que hay mil ocasiones, en la invención de las acciones y de los caracteres, para olvidar, para obviar esa idea de partida; e inversamente, hay mil maneras de hacer que los detalles de cada escena, de cada peripecia, de cada personaje, sean útiles para ilustrar la presencia de ese tema, bien por refuerzo, bien por contraste.
Para otras películas, en las que cuenta el tono y no el tema, como suele ocurrir a menudo en las películas cómicas, hay que preocuparse del tono, del ritmo que hay que mantener, y es a éstos a los que habrá que referir las invenciones del detalle, la organización de las peripecias y la definición de los personajes. "
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